Los peregrinos a los pocos días de estar en Medjugorje suelen sentir una gran paz, se acostumbran al ambiente de silencio reinante para no molestar a las personas que rezan, y también para tener el silencio interior necesario para disfrutar de verdad de Medjugorje.
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La colina de las apariciones
La Cruz y el via Crucis
La Comunidad del Cenáculo, trabajo y oración
La Virgen de Medjugorje
El castillo,
el testimonio
Desde entonces todos los años se celebra una misa al aire libre en la cima de la montaña, esta misa anual fue ordenada por el obispo Aloysius Misic.
Eran tiempos de gran pobreza, pero el párroco y los feligreses de Medjugorje y las parroquias vecinas hicieron posible la construcción proporcionando dinero y trabajo.
Un propósito más práctico era el deseo de buscar la protección del Cielo contra las tormentas de granizo que frecuentemente atormentaban el pueblo y arruinaban las plantaciones de tabaco.
Tal vez sea casualidad, pero en Medjugorje no se ha visto una lluvia de granizo desde entonces.
Para entonces, la Virgen María se había estado apareciendo en Medjugorje durante 7 años, e hizo mención de la Cruz y la montaña a los seis visionarios locales en varias ocasiones.
“Queridos hijos, la Cruz estaba en el plan de Dios cuando la construyeron. Estos días especialmente, vayan a la montaña y oren antes de la Cruz. Necesito sus oraciones, gracias por haber respondido a mi llamada”.
Sor Elvira fundó dos casas en Medjugorje : una casa para los varones llamada “Campo de la vida” en 1991 y una casa para las mujeres llamada “Campo de la alegría” en el año 2000.
El coste de transporte y las tasas que pusieron las autoridades comunistas a la entrada de la imagen fue tan alto que los aldeanos tuvieron que trabajar y sacrificarse mucho para poder pagarlo.